viernes, 15 de mayo de 2015

Hablamos de gestión clínica (I), ¿te animas?

La gestión clínica es uno de esos “nuevos modelos de gestión” centrado en la microgestión que es, al fin y al cabo, la que distribuye del 70% de los recursos y genera el 90% de los gastos variables.

Sin embargo, de la misma manera que seguimos hablando de “nuevos modelos” de gestión, cuando tienen más de 20 años, se ha mantenido y se sigue manteniendo un debate sesgado sobre esto. Y es que se requiere de un cambio de paradigma y por tanto de un cambio de cultura en los profesionales sanitarios que parece que no se ha producido todavía en nuestro país.

A mi esta oposición descarnada contra el concepto de “gestión clínica” me sorprende muchísimo, especialmente entre mis colegas médicos. La profesión médica ha sido siempre una gran defensora de su propia independencia, de su juicio clínico y de la toma de decisiones autónoma. Y sin embargo al hablar de gestión clínica que no deja de ser si nos remitimos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua, la acción o efecto de “Ordenar, disponer, organizar” la práctica clínica con autonomía y profesionalismo, se rasgan las vestiduras.

Es cierto que han llegado muchas informaciones sobre la gestión clínica muy manipuladas y muy sesgadas. Y no es menos cierto que se ha querido muchas veces hacer un uso político desafortunado de esta herramienta de calidad asistencial y eficiencia sanitaria. Pero nuevamente, partidos políticos de todos los matices han propuesto y llevado a cabo con mayor o menor éxito intentos de gestión clínica.

Una de las más feroces críticas es asimilar la gestión clínica a una privatización encubierta, pero en ningún planteamiento sensato de gestión sanitaria se ha propuesto esto, todo lo contrario, lo que se intenta no es traer a alguien de fuera a gestionar un servicio como una mano invisible, lo que se pretende es que alguien conocedor profundo del servicio y por tanto de sus gastos y necesidades, se encargue de gestionar los recursos de forma óptima.

Otra de las críticas que se ha oído bastante, es que se van a distribuir los recursos alegremente entre los profesionales, los famosos incentivos, en detrimento la atención a los pacientes. No os suena la cantinela “claro, y lo que se ahorran en los pacientes lo cobran ellos” 

Esto, que no deja de ser una manipulación para asustar a los usuarios del sistema sanitario me produce mucha tristeza porque aunque como en todas partes podemos encontrarnos con profesionales sanitarios con ética discutible, en general los profesionales sanitarios de todos los rangos son lo mejor de cada casa, con una ética y capacidad de compromiso que está logrando con recortes y con crisis mantener una calidad asistencia envidiable. No acusemos de forma generalizada a unos profesionales que nos dan mucho todos los días. Evidentemente además existen mecanismos de control de gasto para evitar posibles desviaciones de fondos indebidas.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

La epidemia de Ebola, la moral del soldado, los recortes sanitarios y las oportunidades políticas

Carolina Varela Rodríguez, MD. PhD

Me da la sensación, desde mi opinión de salubrista en ciernes, que con la moral del soldado se trabaja desde muchas de las gerencias de hospitales y desde otras entidades sanitarias. Por ello, mientras la alarma social llega inevitablemente a los sanitarios que trabajan en el SNS y a sus familias, de parte de muchas gerencias se ha optado por el silencio hasta no unificar criterios. ¿Unificar criterios? Los criterios comunes que tiene la OMS y los CDC de Atlanta, los grandes referentes en cuanto a epidemias y salud pública, no deben ser suficientes para tomar decisiones. Como somos españoles tendremos, sin duda, que crear escuela y eso hacemos pero no por un criterio de excelencia en la toma de decisiones.

Y cuando hablo de la moral del soldado me refiero, no a la catadura ética de los militares, que no tiene nada que ver aquí, sino a la famosa “fabulilla” de que si “en un camión lleno de soldados que van al frente de una guerra les aseguras con una fiabilidad del 100% que sólo uno de ellos regresará vivo, todos mirando a sus compañeros pensarán “cómo les voy a echar de menos”” y es que nunca nos creemos que algo nos pueda pasar a nosotros, siempre les pasa a los demás. Así que me he visto en el ejercicio de mi profesión viviendo el comienzo de una peli catastrofista. Os acordáis de esas pelis sobre epidemias terribles que empiezan con alguien, un alto cargo, haciendo oídos sordos a las recomendaciones de los científicos “porque aquí no va a llegar”.. pues eso. Luego lamentaciones y rechinar de dientes.

Es curioso, sin embargo, el problema parece que se genera en el momento que los presupuestos de lo que hay que gastar en equipos de protección individual o personal (EPPs o EPIs) para tener capacidad de reacción en caso de una contingencia real “que total nunca va a suceder, igual que con la gripe A”, se pone sobre la mesa. 

Vale, supongamos que hay algo más lógico detrás de estas decisiones gerenciales que retrasan el plan de contingencia semanas. Seamos bien pensantes, pero ¿por qué no se nos deja hacer nuestro trabajo informando a los trabajadores del Hospital? Esto es lo que yo no puedo comprender ni aceptar. Soy científico, siempre lo he sido y siempre lo seré, aunque al final tenga que dedicarme a cuidar cabras, el conocimiento es poder, en todos los sentidos y también poder de reacción adecuada. Que es al fin y al cabo lo que se necesita ante el posible comienzo de un brote de una enfermedad como el Ébola, porque en España por suerte tenemos los recursos básicos necesarios, no como en muchos países de los afectados por el virus. El conocimiento es poder, pues informemos a los clínicos y demás personal que tendría eventualmente que tratar a un paciente.

Pero claro, aquí viene el problema, si desde nosotros mandamos un protocolo y sobre todo lo publicitamos según el cual debemos ponernos determinado EPP/EPI, pues los profesionales nos lo pueden pedir y entonces ¿qué? Habrá que comprarlos... y es mucho gasto y estamos en crisis y tenemos recortes y los puestos de decisión son puestos “de confianza” y yo no quiero ser el que firme las órdenes.

Quizá sea una perspectiva razonable, a mi no me lo parece. Creo y siempre he creído que es necesario el conocimiento y más en situaciones de emergencia donde, a veces, hay que saber reaccionar en condiciones muy alejadas de la normalidad y mucho más de las condiciones ideales. Pero hay que reaccionar y hacerlo rápido.

Cierto que lo perfecto es enemigo de lo bueno, por eso yo no quiero algo eficaz, quiero algo efectivo y a poder ser eficiente. Efectivo para proteger la vida de los pacientes y de la población, y de mis compañeros clínicos que se enfrentan todos los días a la incertidumbre de poder contagiarse de una enfermedad y del resto de los trabajadores del hospital incluyendo desde luego los no sanitarios. Pero para ello es necesario saber qué hay que hacer y cómo y luego trabajar con lo que se tiene en ese momento de emergencia.
Como entiendo que el control de la infección nosocomial, la educación y promoción de la salud y el control de brotes y epidemias son parte de nuestras competencias como especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública y es por lo tanto nuestro trabajo, somos nosotros los que debemos proveer de esa información contrastada y con evidencia científica.

Y he de decir que no lo estábamos haciendo mal, teníamos la presentación para explicar la epidemiología de la enfermedad a los clínicos, para explicar los medios de protección específicos y reincidir en los medios de protección universales. Teníamos casi todo el circuito de circulación de un posible caso en investigación por el hospital, teníamos las recomendaciones de material a adquirir (el cual en su totalidad puede ser usado a posteriori para otros menesteres de práctica más o menos frecuente en el hospital). Teníamos las ganas y el celo de hacer nuestro trabajo y hacerlo bien.
Y aquí vienen los problemas. Las oportunidades políticas disfrazas de “no hay que generar alarma”. A ver, somos especialistas en eso, en el control de alertas, quien como salubrista / preventivista /especialista MPSP no se sabe el mantra “hay que alertar, no alarmar”.

Pues eso.


Y aquí estamos mucho tiempo después con mínimos avances, sin haber informado a los clínicos, encerrados en las mazmorras para que no armemos escándalo... y luego a nuestro alrededor se genera independientemente de nosotros alarma que se responde con silencio y los profesionales gotean tímidamente por nuestro despacho para preguntarnos con gran incertidumbre si les podemos contar algo del Ébola, que no tienen muy claro lo que tendrían que hacer en caso de llegar un caso en investigación. Y yo digo... Déjenme al menos informar.

martes, 13 de mayo de 2014

De manipulaciones y mentiras respecto al Sistema Nacional de Salud y la cobertura sanitaria: Pérdida de cobertura sanitaria tras 90 días en el extranjero. Refutando con la ley en la mano.


Carolina Varela
Hace poco con objeto de las elecciones europeas escuché al Señor Arias Cañete decir que el problema de su partido era “que no somos los mejores comunicadores de la clase”. Me pareció muy irónico que los reyes de la “desinformación intencionada y dirigida” se defiendan diciendo “no nos hacemos entender”. No es una estrategia nueva, “Creedme hay armas de destrucción masiva”.

Esto me hizo recordar este artículo de La Voz de Galicia respecto a la pérdida de la cobertura sanitaria de los no residentes de enero del 2014... En ese momento me indigné profundamente con las declaraciones de un diputado del PP porque lo que dice en este artículo falta a la verdad. Yo creo que no es que este señor no se haya leído la ley o que no haya reparado en las modificaciones que han hecho con tanta ligereza de tijera, creo que este señor simplemente está desinformando a los españoles para generar confusión, que parece la consigna de estos años de crisis, confunde, divide y vencerás.

Me ha costado porque no soy abogada ni tengo formación legal en absoluto, me ha costado porque es una ley confusa para el no entendido y la reforma que han hecho la convierte en algo todavía más confuso. He pedido ayuda a expertos en la materia pero aun no me ha llegado su contestación. Por eso he decidido escribir esto, que es mi interpretación de la ley como salubrista y no pretende ser otra cosa.

La gran pregunta que me hicieron unos compañeros de fatigas en referencia a este artículo publicado en La Voz de Galicia. fue la siguiente: ¿Como español en el extranjero, con una beca de estudios o un contrato (pre-o postdoctoral), si paso más de tres meses fuera pierdo la asistencia sanitaria? Puede que esto afecte a poca gente pero son merecedores de la asistencia sanitaria tanto como cualquiera.

Cuando intentaba contestar a esta legítima pregunta me molesté en leerme el citado artículo y me indigné profundamente. Por lo tanto, aquí mi respuesta con la ley en la mano.

Es un gran jaleo porque nada queda claro. En principio las becas (o los contratos pre o postdoctorales) no te hacen perder tu condición de residente en tu país de origen. De hecho en los EEUU constas como “inmigrante no residente”, por tanto sigues siendo residente en España. Y te das de alta en el CERA o censo de españoles residentes ausentes. En buena lógica no debería verse afectado por esta nueva medida del gobierno. Igual que en EEUU en otros países no pierdes la condición de residente, siempre y cuando vayas con una beca. Lo mismo sucede con el turismo. De manera que en buena lógica no perderías la condición de residente y por tanto no perderías la cobertura. Pero es confuso. Y pensad que se cuida muy mucho en como dice las cosas “ya que pueden solicitar la tarjeta sanitaria europea (TSE) para recibir las prestaciones sanitarias necesarias durante su estancia temporal en otro país de la Unión Europea o, si lo prefieren, regresar a España para ser atendidos”. Aunque se recomendaba la TSE si salías de España sin ella se te atendía en cualquier centro europeo y por supuesto en España, ¿por qué ahora es necesario? A quien sí afecta es a los que se van a trabajar fuera porque antes no se exigía que residieran en España y ahora sí, es decir que si te vas de inmigrante más de 90 días pierdes esa cobertura, y cuando vuelves tienes que recuperarla, que no es automático a no ser que renuncies a la residencia en otro país.

Es especialmente indignante porque yo he sido becaria en el extranjero en Londres, en París y en California. En cualquiera de los casos tuve que incluirme en el sistema sanitario de cada uno de estos países y jamás eché mano de nuestro SNS ya que tenía cobertura como cualquier trabajador/estudiante con visado en ese país. 



Pero, cuál ha sido el cambio hecho por esta gente. Es sutil, en 2003 se definió los titulares de los derechos de cobertura sanitaria intentando el universalismo de la cobertura, para corregir un defecto se añade en 2012 el apartado incluyendo a los parados de larga duración... pero sin la condición de residir en España

 Ley 16/2003, de 28 de mayo
Artículo 3. Titulares de los derechos.
1. Son titulares de los derechos a la protección de la salud y a la atención sanitaria los siguientes:
a) Todos los españoles y los extranjeros en el territorio nacional en los términos previstos en el artículo 12 de la Ley Orgánica 4/2000 (*).
b) Los nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea que tienen los derechos que resulten del derecho comunitario europeo y de los tratados y convenios que se suscriban por el Estado español y les sean de aplicación.
c) Los nacionales de Estados no pertenecientes a la Unión Europea que tienen los derechos que les reconozcan las leyes, los tratados y convenios suscritos.
d) Haber agotado la prestación o el subsidio por desempleo u otras prestaciones de similar naturaleza, encontrarse en situación de desempleo, no acreditar la condición de asegurado por cualquier otro título (cambiado en 2012 Ley 2/2012, de 29 de junio) y residir en España (cambiado en 2013).

En España el Servicio de Salud evolucionó de ser un Servicio dependiente de la Seguridad Social y costeado por los trabajadores tipo Bismarckiano (un ejemplo es el sistema de seguridad social de Alemania) y por tanto requería ser titular y cotizar en la seguridad social para tener cobertura sanitaria. También por tanto existía necesariamente la condición de beneficiario del titular para las familias de los trabajadores que cotizaban. Sin embargo en 1984 pasó a ser un Sistema Nacional de Salud tipo Beverige (cuyo mejor ejemplo es el National Health Service del Reino Unido). Las bases de este tipo de servicio de salud es su financiación mediante impuestos generales no asociados a la seguridad social ni a la condición de trabajador. Todos financiamos la salud de todos mediante los impuestos, por ejemplo, de comprar un chicle o una barra de pan. De esta manera, sigue financiándose nuestro SNS aunque hayan recuperado de los anales del recuerdo la imagen del titular y beneficiario, seguimos de momento siendo un SNS tipo Beverige. Y por tanto financiado por impuestos por eso es demagógica la declaración de este señor cuando dice que “se trata de poner un límite temporal a la prestación sanitaria de la que hasta ahora gozaban «de por vida» los parados de larga duración, sin vinculación con el Servicio Público de Empleo, una vez que se marchaban de España” Es que para percibir cobertura sanitaria no tendrías porque tener esta vinculación. Claro al introducir nuevamente la idea de titular colocan el SNS en una situación absurda, es decir un parado de larga duración que se haya ido 90 días de España sigue, sin embargo, financiando la sanidad cuando vuelve a España y va a comprar el pan. Por tanto, si un español se marchaba pero seguía siendo español seguía teniendo cobertura, no por su vinculación a trabajar sino por el mero hecho de ser Español

Es también demagógico el planteamiento siguiente que hace en el artículo, y cito: “Por ejemplo, cuando un joven estudiante es contratado por ejemplo en Alemania y el empresario le dice que mantenga la cobertura española para no darle de alta en su Seguridad Social. «Esto es una ilegalidad en la UE y lo tiene que denunciar el trabajador español. No podemos dar cobertura a ilegalidades, como a alguien que se marcha con su tarjeta sanitaria europea pero para hacer un trabajo allí», ha advertido” Primero, se les llena la boca de decir que estudiantes no se verán afectados por esta medida, en qué quedamos, ¿se verán o no sin cobertura sanitaria los estudiantes? Segundo si esto es ilegal, que lo es, habrá que exigir como Estado y en defensa de sus ciudadanos (bueno debería decir súbditos) que se cumpla la ley a favor del explotado en este caso el estudiante español frente al explotador el empresario alemán, no dejar todavía más debilitada la posición del explotado sólo, sin apoyo, y sin seguro médico. Además especifica que no puede darse cobertura a ilegalidades, pero es que esta ilegalidad se realiza en otro país con otras leyes y no tiene nada que ver con dar cobertura sanitaria a un ciudadano español.

En cuanto a la siguiente falacia que nos pretende colar este señor volvemos a la historia del coco “los inmigrantes, esos malos que vinieron a robarnos el trabajo y la cobertura sanitaria a los buenos españoles”. Y es mentira, mentira, mentira. Vamos a ver, si eres inmigrante durante un tiempo y pides la residencia esto es temporal, y al cabo de un tiempo lo pierdes. Por tanto, no tienes ni la nacionalidad, ni la residencia, ni vives en España luego en que cabeza cabe que sigan teniendo cobertura sanitaria española, es simplemente mentira. Y para que lo comprobéis, os remito al Artículo 12 de la Ley Orgánica 4/2000, que he copiado literalmente del BOE: Tienen Derecho a la asistencia sanitaria.
1. Los extranjeros que se encuentren en España inscritos en el padrón del municipio en el que residan habitualmente, tienen derecho a la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los españoles.
2. Los extranjeros que se encuentren en España tienen derecho a la asistencia sanitaria pública de urgencia ante la contracción de enfermedades graves o accidentes, cualquiera que sea su causa, y a la continuidad de dicha atención hasta la situación de alta médica.
3. Los extranjeros menores de dieciocho años que se encuentren en España tienen derecho a la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que los españoles.
4. Las extranjeras embarazadas que se encuentren en España tendrán derecho a la asistencia sanitaria durante el embarazo, parto y postparto

Si os dais cuenta todos los extranjeros están supeditados a “que se encuentren en España”.

Lo que es verdad es que en España finalmente se había logrado la cobertura universal en 2011, es decir por el mero hecho de estar en suelo español, aunque no tuvieses la residencia, ni la nacionalidad, tenías derecho a ser atendido. Bastante humano creo yo, y luego se les llena la boca de hablar de que hay que enseñar Religión Católica en las Escuelas Públicas. Pues señores, la última vez que estuve en misa me hablaron de la caridad cristiana con los pobres y desfavorecidos. Hace mucho, mucho tiempo que el concepto de caridad frente al de justicia social me disgusta, pero dejar a los pobres y desfavorecidos sin nada no es, fijaos ni siquiera cristiano. Y lo más sencillo y a la vez demagógico es pensar que puñetas, un inmigrante ilegal tiene el mismo derecho que yo, pero no olvidemos que esos inmigrantes ilegales en España al compara cualquier cosa en España ya están financiando la sanidad pública española con cada cosa que compran o con cada impuesto del tipo que sea que pagan... Pero esto no implica que cuando saliera de España siguiese gozando de cobertura sanitaria española.

Son tantas las tergiversaciones, las mentiras, los enredos que se nos han dicho que acabaremos creyendo que este contubernio de necedades son ciertas. Nos convencerán que el problema de este país es el Sistema Nacional de Sanidad, o la educación pública, o los beneficios sociales... y no los ladrones, la falta de ética, miseria moral que nos rodea. Ya los buitres aletean en círculo, anunciando pólizas de seguro fantásticas que nos harán ser más felices, tener casa en la playa, los dientes blancos y el pelo rubio.


LA SANIDAD SE DEFIENDE, NO SE VENDE.

martes, 6 de mayo de 2014

Mentidero Sanitario: Dimes y diretes en el país de la sinrazón

Carolina Varela Rodríguez

AVISO IMPORTANTE, por si no le ha quedado claro a la gente. 

Con recortes o sin recortes, con reformas o sin reformas NO SE LE PUEDE DENEGAR LA ATENCIÓN SANITARIA A NINGÚN MENOR DE EDAD NI A NINGUNA MUJER EMBARAZADA independientemente de su situación legal en este país. Es la ley la que dice esto, no yo.  De la misma manera que no se puede DENEGAR AUXILIO A NADIE independientemente de su situación legal en este país, y por lo tanto se le tiene que dar mínimo atención de URGENCIAS. Y nuevamente no lo digo yo, lo dice la Ley de Sanidad.

Y hoy no voy a entrar en el tema ético porque no estoy de humor. Pero sin lugar a dudas se debe dar atención sanitaria a cualquier persona independientemente de su estado legal. Y no lo digo yo, lo dice el juramento hipocrático, lo dice la deontología médica, lo dice hasta Jesus de Nazaret para los que sean cristianos y creyentes. A mi como salubrista que soy, me lo dice mi conciencia y mi humanidad.

martes, 26 de noviembre de 2013


Acoso y derribo de la ley Antitabaco.
Carolina Varela Rodríguez

Asisto impotente a una sucesión de actos de acoso y derribo de la ley antitabaco que tan buenos resultados de salud nos ha generado en España a pesar de ser incompleta. Desde series españolas en televisión, incluyendo las cadenas de televisión pública TVE que debería por definición alinear sus objetivos con el Ministerio de Sanidad Español, donde los personajes principales, especialmente los “buenos” fuman como carreteros, con cualquier excusa incluso haciendo apología del placer que fumar supone, películas de diversas nacionalidades en que los protagonistas vuelven a fumar llevando incluso la defensa a una defensa sin precedentes del consumo de drogas.

Acudo a clases de preparación al parto y oh! Sorpresa, se considera que fumar durante el embarazo sólo causa bajo peso al nacer, como si esto fuese tan poco importante como el color de los ojos del niño.

Y qué decir de las negociaciones con EuroVegas que son confusas en el mejor delos casos y que en cualquier caso no han descartado saltarse la ley a la torera y dejar fumar en los Casinos de este engendro. Lo justifican como un apoyo a la contratación y yo me pregunto por cuanto tiempo esa contratación y más importante que tiene que ver el culo con las témporas. Que monten EuroVegas pero que no dejen fumar que es malo para la salud de la gente que acude y de los trabajadores obligados a ser fumadores pasivos durante toda su jornada laboral. Es indignante y sin embargo no salimos a defender la cordura y la lógica. Como preventivista estoy indignada, como madre preocupada, como médico enfadada y como científico perpleja de esta manipulación burda de las realidades de salud de una población.

¿De verdad hay necesidad de volver a citar todos los problemas que el tabaco de primera o segunda mano genera?, ¿de verdad hay que volver a poner sobre el tapete los efectos sobre el embarazo? ¿De verdad somos tan necios como animales racionales?

lunes, 11 de febrero de 2013

La masacre de Newtown una aproximación desde la salud pública: La gestión de la salud mental de la población.

Carolina Varela Rodríguez
 
Como decíamos en el blog anterior, desde mi punto de vista, la masacre de Newtown cumple criterios de problema de salud pública y en este post quiero reflexionar un poco sobre la gestión social de la salud mental de la población.
A nosotros como especialistas que somos, nos importa mucho la influencia del modelo de servicio o sistema de salud en el control y tratamiento crónico de los enfermos psiquiátricos y este trágico evento da para reflexionar mucho. Leyendo dos textos muy interesante me he pasado mucho tiempo pensando al respecto. El primero “Dale un bolígrafo a un tonto” me parece digno de consideración ya que el autor expone la necesidad de informarse bien antes de publicar información sobre la salud mental de los asesinos, que por otra parte debe ser información confidencial, y no rumores provenientes de fuentes tan “fiables” como los vecinos, los hermanos o los amigos del agresor. Porque al asociar el nombre de una enfermedad como el autismo a una agresión como la de Newtown se produce un daño irreparable a todos los enfermos de autismo, un daño que supone la estigmatización constante de esta condición y el aislamiento social de los enfermos y sus familiares.
Si nos remitimos a las estadísticas, la mayoría de los agresores, violadores, pederastas y asesinos no tienen un problema de autismo y la inmensa mayoría de los enfermos autistas no han cometido nunca un delito, pero nos sentimos reconfortados al pensar que el que hace eso es un “monstruo” distinto de nosotros, las personas “normales”. Por eso saltamos a la caza de la patología psiquiátrica, autismo, esquizofrenia... cualquiera nos vale como excusa. Pero entra dentro de la lógica y de la justicia reflexiva pensar que es factible que la enfermedad en sí no sea causa de la agresión sino un elemento meramente circunstancial junto a la situación social, familiar y económica en que el paciente se encuentra. Pero cuando alguien tiene una enfermedad mental automáticamente asumimos que los comportamientos aberrantes son producto de esta enfermedad. Por eso es tan dañino publicar diagnósticos médicos asociados a estos eventos, porque no hay manera de demostrar que esa enfermedad sea la causa o no y sin embargo sesgamos a los receptores de nuestra información. Y en este foro de trabajadores de la salud, es fundamental no olvidar la confidencialidad y el respeto debido al paciente individual y a los enfermos de forma comunitaria.
Me parece muy interesante leer este texto indignado porque, no dudemos que en nuestra práctica diaría nos vamos a encontrar en situaciones en que podamos cometer una violación de esta confidencialidad o de este respeto que aunque pueden ser un delito no es lo importante aquí. Lo importante aquí es darnos cuenta como todos los actos tienen consecuencias y que estas pueden ser malas y tenemos que meditar sobre ellas antes de hablar. Aunque nuestra naturaleza sea impulsiva, a la hora de emitir un juicio o etiquetar el comportamiento de una persona sana o enferma debemos ser profesionales reflexivos y medir mucho nuestras palabras porque además de todo el daño que cualquier rumor puede producir, nuestra particularidad como facultativo legitima nuestro juicio y puede sesgar la opinión de la sociedad respecto a una enfermedad estigmatizándola.
El otro texto, “I'm Adam Lanza's mother”, está escrito por la madre de un niño con un problema de la esfera del autismo con episodios violentos. Os confieso que me pareció muy duro de leer (a ninguna madre le gusta ver lo que su hijo o hija tiene de malo o incluso de peligroso, y ella lo hace honesta y claramente) y muy matizable (ya que parte de la hipótesis de que el agresor de Newtown hizo lo que hizo como consecuencia de un arranque violento por su supuesto problema de autismo, cosa que está por demostrar si es que se llega a demostrar, como veníamos hablando antes) pero la reflexión de esta madre es nuy interesante.
Pues bien esta madre estadounidense, se siente totalmente desvalida frente a un sistema de salud que no la protege ni a ella, ni a su hijo, ni a sus ciudadanos y que la única alternativa que le ofrece es denunciar a su hijo para que lo metan en la carcel, con lo que esto conlleva. Desvalida incluso habiendo ella hecho un giro copernicano con su vida, dejando su profesión para trabajar en una empresa y de esta manera tener “beneficios” en la forma de un seguro de enfermedad. Y todo esto porque el seguro médico que tiene que contratar es impagable. Ya que por lógica, los seguros privados tienen que rentabilizar a sus clientes y tienen derecho de admisión, así si eres un enfermo que vas a suponer muchos ingresos hospitalarios, tratamientos e intervenciones costosos, simplemente no les interesas como cliente y te excluyen. Y este es el caso de las enfermedades crónicas y entre ellas los problemas como el autismo.
Y la autora del texto nos plantea que ya no estamos hablando de una enfermedad que al fin y al cabo va a afectar al enfermo y a su familia, más o menos cara o más o menos dolorosa, sino de enfermedades del comportamiento social que pueden afectar a la sociedad entera o por lo menos a una parte del entorno cercano del paciente, como pueda ser su escuela, el supermercado o su vecindario. Ante esto, ¿no tiene la sociedad, aunque sea desde una perspectiva de defensa propia, que hacerse cargo de estos enfermos y sus tratamientos? Es más en vista de los resultados en salud de otros sistemas de salud, ¿no es evidente que en EEUU tienen un problema de gestión de la salud mental?

La masacre de Newtown una aproximación desde la salud pública: El control de “sustancias” tóxicas y peligrosas, como son las armas de fuego.

Carolina Varela Rodríguez

Desde la perspectiva de salud pública un problema tiene que ser colectivo y generalmente repetitivo para considerarse como un problema de salud pública. Criterios que cumple sobradamente la violencia y en concreto en los EEUU la violencia con armas de fuego. Con la particularidad de que afecta una gran parte de las veces a una parte muy vulnerable de la población como son los niños. Este es el caso de la tragedia de Newtown de la que escribo desde el horror que como madre me ha producido. Pero quiero afrontarlo, como digo desde la medicina preventiva y la salud pública. Además de que el país no me es ajeno ya que fui residente extranjera en él durante cuatro años.
Habla mucha gente muy experta y mejor informada que yo de estos temas por todas partes, pero creo que merece la pena parase y hacer algunas reflexiones como alumnos del máster de salud pública que somos. Desde mi punto de vista, la muerte de 20 niños en período de tiempo muy corto, un día, es un incremento inaceptable de la mortalidad infantil, si además se produce de manera períodica y con similares circunstancias concomitantes inevitablemente está condicionada o determinada por las medidas o falta de medidas de salud pública de ese país.
En el debate que inevitablemente este tipo de noticias suscitan son constantes dos o tres y hoy quiero centrarme básicamente en dos porque afectan a la prevención y a la salud pública, el control de sustancias tóxicas y peligrosas como son las armas y la gestión de la salud mental de los ciudadanos de un país. Y para no hacer el post muy largo voy a escribir dos.
Desde luego el control de armas me parece inevitable e improrrogable aun en contra, parece ser, del 75% de los estadounidenses. Me ha parecido muy curioso desde mi experiencia que se ha llegado a proponer en algunos estados que la solución a este tipo de problemas es que los propios profesores lleven armas. ¡Qué perversión torticera de la realidad!
Llevando el razonamiento al extremo y teniendo en cuenta que no todos los tiroteos se producen en centros educativos aunque sí muchos, generamos una sociedad donde, remedando el “salvaje oeste”, todo el mundo debe llevar armas para protegerse en un ambiente peligroso y hostil porque todo el mundo lleva armas.
Además y volviendo al caso de los profesores, me pregunto simplemente quién firmará los certificados de salud mental de estos profesores jóvenes, mal pagados, mal considerados y estresados por el exceso de trabajo y el fracaso escolar astrónomico de sus alumnos, y les pondrá un arma en la mano pensando que nunca van a perder la cabeza y apretar el gatillo contra sus compañeros, director del colegio que recorta fondos, los padres de alumnos arrogantes y agresivos o incluso contra algún alumno que no siempre son agradables. Yo desde luego no me sentiría cómoda firmando eso, porque todos podemos caer en la locura o en un ataque de ira que nos nuble el entendimiento. ¿Además han olvidado que la madre del agresor era profesora de la escuela y amante de las armas?
Pero sobre todo y más importante, ¿qué mensaje trasmitimos a los alumnos llevando las armas a clase? Que la violencia es la solución para nuestros problemas y que el mundo es un lugar absolutamente hostil y peligroso. Que la armonía y la coexistencia se logra mediante la coherción del más fuerte o el que mejor dispare o el que más puntería tenga. Además no permiten tomar alcohol a los menores de 21 años pero ¿a qué edad se permite tener licencia de armas?
Y puestos a elucubrar en situaciones de estrés, quien es capaz de afirmar que el hecho de que un profesor lleve armas le dota de la capacidad de disparar, acertar para matar o incapacitar a su oponente y evitar una masacre, ¿no podría por otro lado herir levemente a su oponente que le mate y se parapete y mate a más niños y compañeros aun más iracundo? ¿No podría pasar que una persona enfadada entre haciendo aspavientos y se confunda con un agresor armado y se le dispare delante de un montón de niños? Y una última reflexión personal, yo no sé vosotros, pero no me veo capaz de matar a otra persona, creo que me bloquearía y moriría, eso sí, empuñando un arma.
Y quiero no dejar esto sin levantar el sombrero y rendir homenaje a los profesores de Newtown que salvaron a sus alumnos o por lo menos lo intentaron llegando incluso a dar sus vidas. Eso es valentía, eso es lucha contra la violencia, eso es integridad, eso es amor... me parecen admirables las familias de las víctimasn y a ellos les dedico y les he dedicado mi pena y mi silencio al pensar en esto.